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martes, 9 de agosto de 2011

Desalmado taxista!… obliga a mujer a parir en una mediana

Publico esta nota de "La Tribuna" Con el afan de decirle al taxista implicado que 7,999,999 catrachos queremos que se pegue un tiro por ser tan mal parido.

  Nacionales 9 agosto, 2011


TEGUCIGALPA.- La conciencia, la solidaridad y otros valores humanos se van perdiendo día a día. Otro caso que lo refleja es el que aconteció ayer en las primera horas, cuando una humilde mujer tuvo que traer al mundo a una niña justo encima de una mediana del bulevar Suyapa, sólo porque el taxista que la trasladaba hasta el hospital, no quería que se mancharan de sangre los asientos del vehículo.
Ana Belin Hernández como pudo cuidó a su pequeña hija en plena vía pública, hasta que llegaron los socorristas.

Ana Belin Hernández, de 37 años, residente del sector conocido como La Manzanita de La Sosa, y originaria de Olancho, ayer en horas de la madrugada, comenzó a padecer fuertes dolores.
La mujer se encontraba sola en su casa, ya que su compañero de hogar estaba trabajando como guardia de seguridad, por lo que salió y abordó un taxi que según ella la transportaría hasta el Hospital Materno Infantil.


En el trayecto la mujer experimentó contracciones más fuertes. El momento de dar a la luz se acercaba, mientras el taxista se ponía inquieto. A eso de las 5:30 de la mañana, el ruletero decidió parar en el bulevar Suyapa, a la altura de la agencia principal del banco HSBC, y bajó a la mujer, quien antes gritaba por los fuertes dolores que sentía, según su propio testimonio.

CRUELDAD
Después de esto, el taxista continuó su recorrido, como si nada hubiese pasado. Por su parte, Ana no pudo dar un paso más y no le quedó otra que sentarse y recostarse en la mediana del bulevar. Sola y con un niño a punto de venir al mundo.
Uno de los bomberos tuvo que cortar el cordón umbilical.


Ella avisó por celular a su marido de lo que estaba aconteciendo, pero ya era tarde: no aguantó más y parió a su pequeña en una grama, cerca de un árbol.
La recién nacida, con rostro angelical, había llegado a este mundo. Ahora la fémina tenía otro problema, el cordón umbilical de su cuerpo todavía seguía pegado a la niña. Las lágrimas y desesperación se apoderaban más y más. En ese momento, llegó su esposo a bordo de una motocicleta, pero al ver la situación continuó hacia el Hospital Escuela, donde –para variar- no habían ambulancias.

Luego fue a pedir auxilio a un cuartel del Cuerpo de Bomberos y por fin encontró un equipo de socorristas que se trasladaron hasta el lugar donde estaban “tiradas” la mujer y su pequeña.


Allí, los elementos dieron los primeros cuidados y cortaron el cordón umbilical que todavía unía a la valiente mujer y su retoño, al tiempo que empezaban a llegar los “curiosos” y personas que transitaban por la zona, quienes veían con sorpresa e indignación cómo una madre había parido en plena calle de la periferia capitalina.


La pequeñita tomó su primer biberón ayer mientras era consentida por su abuela paterna.

Uno de los bomberos que asistió la emergencia, con un gesto de ternura se quitó su chaleco de trabajo, y envolvió a la pequeña de inmediato.




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