Criticar no es fácil. Hay que tener un
poco de inteligencia para poder hacerlo. Sin embargo, en estos días, cuando se
celebraron las elecciones en Honduras, las redes sociales se llenaron de
cualquier cantidad de comentarios críticos acerca de los candidatos y su
politiquería, fraudes y demás. Me hubiera gustado, más que eso, leer cómo
nosotros podemos cambiar la historia de Honduras o que alguien mencionara un
par de cosas que hace para cambiar este país.
Ya nos dimos cuenta que nuestros
gobernantes no son la respuesta. Tenemos que ser nosotros, como hijos de este
país, quienes debemos comenzar a realizar pequeñas acciones que nos permitan
hacer la diferencia.
Hablamos de corrupción, sin embargo;
cuando un policía le quita la licencia a un conductor lo primero que piensa es
en darle 100 lempiras, antes que pagar los 600 (en caso de que sea una falta
grave) e ir a hacer fila a Tránsito, porque le quitará tiempo.¡Y quien no se ha
metido la mano a la bolsa para sobornar a un funcionario de Gobierno para que
le “agilice” los trámites!, muy pocos podrán decir: “yo no lo he hecho”. Eso
también es corrupción, no importa si a menor escala, el término que lo define
es el mismo.
Comprometerse
o seguir igual
Cuando pensaba en el tema me di cuenta
que hay gente que hace mucho y otros que hacemos menos. Pero peor es quienes no
hacen nada.
Mi abuela decía, una buena forma de dar
es no quitar. Hay actitudes que pueden parecer insignificantes, pero hacen una
gran diferencia. Comenzar por no quitarle tiempo al trabajo y sentirse
orgulloso de haber ganado cada centavo que se recibe el día de pago. Pagar los
impuestos (que se los roben otros, ese no es nuestro problema), ser honrado en
todas las áreas en las cuales nos desempeñamos. Participar activamente en la
comunidad donde se reside, ayudar a otros en la medida de lo posible.
Y mire que hay muchas organizaciones en
este país que necesitan de personas que les ayuden a hacer mejor su labor.
Ejemplos: Asilos de ancianos, hospitales públicos, hogares de niños. Acuérdese
que el prójimo también nos necesita y en Honduras más del 60% de la población
vive en extrema pobreza.
Algo tan simple como no tirar la basura
a la calle. ¿Cómo podemos juzgar el basurero que dejaron los políticos en la
calle, si tiramos el envase del refresco por la ventana del automóvil? Ustedes
podrán agregar mil cosas más que se pueden hacer.
En
lo político
Una buena manera de criticar con
propiedad y de actuar en consecuencia es conociendo a las personas que
“gobiernan” la comunidad. Ya sea el alcalde, el gobernador, los diputados,
etc., y exigirles. A veces los criticamos y no sabemos siquiera quiénes son.
¿En las redes sociales? Pues sí, pero
hacerlo con conocimiento de causa, no como caja de resonancia porque se escuchó
en la TV o en la Radio a algún periodista (descaradamente influenciado),
hablando mal de alguien.
Ya estamos cansados de que nos prometan
y no nos cumplan. De que se roben el dinero del pueblo y de manera descarada,
sin que los culpables paguen por ello. Razón de criticar hay de sobra, ojalá
que pudiéramos hacer más, mientras tanto, lo que se pueda.
En fin,
para no aburrirlos, espero que reflexionemos todos sobre lo que podemos hacer
para que Honduras sea diferente. Parece que no se puede, sin embargo, con una
buena actitud se puede contagiar a los demás y hacer algo por este país en el
cual nos tocó nacer.
Razón tenía Frank Clark, escritor estadounidense, cuando
dijo: “Todo el mundo trata de realizar algo grande, sin darse cuenta de que la
vida se compone de cosas pequeñas”.
Luz Virginia Bueno
*Hondureña (primero) y
periodista
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